Los indicadores de la felicidad. La felicidad, dicen, y no el crecimiento del Producto Interno Bruto, tendría que ser el objetivo fundamental de las políticas de desarrollo del Estado pues bien sabido es que la riqueza por sí misma no es garantía de felicidad.
La relación entre la realidad y la ficción literaria ha sido ponderada a menudo. Se llega a decir incluso que los escritores “profetizan” con su imaginación, acontecimientos que suceden en el futuro. Un ejemplo citado con frecuencia es el de Julio Verne (1828-1905), quien escribió Veinte mil leguas de viaje submarino y De la Tierra a la Luna, antes de que se concibieran los submarinos atómicos y los cohetes espaciales.
Imaginen entonces cuál no sería mi sorpresa cuando leí hace unos días que el Primer Ministro de Bután, Jigmi Y. Pero ¿cómo se mide la felicidad? 1. 2. 3. ¿Se puede calcular el índice de felicidad? ¿Podemos medir la cantidad de felicidad que llegamos a sentir en un instante, o bien a lo largo de toda una vida?
¿Cuáles son los indicadores de la felicidad? Vladimir Kush Hace unos años, concretamente en el 2012, se publicó el primer informe mundial sobre la felicidad por parte de las Naciones Unidas. Cada vez más, la felicidad se considera una medida que cuantifica el progreso social y que los gobiernos utilizan, mediante datos e investigaciones sobre ella, para arrojar políticas que puedan permitir a la gente vivir una vida mejor. Pero ¿Es esto posible? Los últimos hallazgos descubiertos en una interesante línea de investigación neurocientífica por parte de Richard Davidson, experto en neurociencia afectiva, mostraron los factores psicológicos directos responsables de nuestro mayor bienestar y felicidad. Pero, ¿estas habilidades se pueden cultivar o solo han sido destinadas para el disfrute de unos cuantos afortunados? Salvador Dalí. ¿Cómo se mide la felicidad? Medir la felicidad se ha convertido en la última moda para algunos políticos y empresarios afamados.
Independientemente de lo subjetivo que pueda parecer dicha métrica, los avances recientes en su medición podrían sernos de gran utilidad. La felicidad comenzó a medirse de forma sistemática en 1972 en el reino de Bután, donde se inventó el Índice Nacional de Felicidad. Hoy dicho índice es el centro de la política nacional y otros países como Francia pretenden seguir sus pasos. Felicidad nacional bruta. Eslogan de Felicidad Nacional Bruta en la Escuela de Artes Tradicionales de Timbu.
La felicidad nacional bruta (FNB) o felicidad interna bruta (FIB) es un indicador que mide la calidad de vida en términos más holísticos y psicológicos que el producto interno bruto (PIB). El término fue propuesto por Jigme Singye Wangchuck, rey de Bután, en 1972, como respuesta a las críticas de la constante pobreza económica de su país. Este concepto se aplicaba a las peculiaridades de la economía de Bután, cuya cultura estaba basada principalmente en el budismo.
Mientras que los modelos económicos convencionales observan el crecimiento económico como objetivo principal, el concepto de FNB se basa en la premisa que el verdadero desarrollo de la sociedad humana se encuentra en la complementación y refuerzo mutuo del desarrollo material y espiritual. Indicadores cuantitativos y cualitativos[editar] La medición se realiza a través de un cuestionario de 180 preguntas que considera 9 dimensiones:[1] Así mide la ONU el índice de felicidad de los países. Luis Suárez Mariño Hacía escasos días que acababa de ver La teoría Sueca del amor (2016) del provocativo director italo-sueco Erik Gandini, cuando leo que, según el Informe Mundial sobre la felicidad recientemente publicado por la ONU, Suecia es el décimo país más feliz del mundo.
Desde luego, tras ver el documental de Gandini, cuesta creer que Suecia ocupe ese puesto en el escalafón de la felicidad y uno se pregunta cuáles son los factores que tiene en cuenta la ONU para valorar por qué los ciudadanos de un país son más felices que los de otro. Analizando los World Happiness Report, publicados desde el 2012, resulta que los principales parámetros utilizados para determinar el grado de felicidad de la población son el PIB per cápita, la esperanza de vida saludable y el apoyo social.
Respecto de dichos parámetros, nadie va a discutir a Suecia su puesto en el ranking. Esa situación no es excepcional. En conclusión, parece evidente que no se debe confundir bienestar material con felicidad. Índice Mundial de la Felicidad 2019. ¿La felicidad como indicador de bienestar de un país? Los Gobiernos de Occidente utilizan el PIB (Producto Interior Bruto) para regular las economías de sus países.
Este indicador se centra en el valor monetario de la producción de bienes y servicios finales en una región durante un plazo de tiempo determinado. Todas las políticas que se ejecutan tienen un fin económico. El FIB (Felicidad Interior Bruta) desecha aquellas políticas cuyo único objetivo sea el progreso económico pues mantiene que estas tienen que ir más allá del simple hecho de ganar dinero, tienen que llevar a la felicidad común.
¿Cómo surgió? En 1974 Jigme Singye Wangchuck sucedió a su padre en el trono de Bután. La felicidad interior bruta se basa en cuatro pilares fundamentales: desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, preservar y promover los valores culturales, establecer un buen gobierno y por último, conservar el medioambiente. ¿Cómo se mide la felicidad? En el año 2007 se realizaron las primeras encuestas. ¿Funciona realmente este sistema?