El coloquio de los perros – Historia Cultural de los Animales en la Edad Moderna.
¿Por qué eligió el hombre más poderoso de su época retirarse a un pueblo de Extremadura? «Obsesivo compulsivo, indeciso y terco», así era Felipe II según Sigmund Freud. Aunque los intentos por analizar psicológicamente a personajes históricos suelen ser una ciencia arriesgada, los autores que han estudiado la figura del Rey español Felipe II identifican de forma clara una personalidad «obsesiva compulsiva».
Así, su visión mesiánica del mundo y su capacidad para sacar fuerzas de los fracasos, como ocurrió tras la Empresa inglesa de 1588, tendría su origen en el carácter obstinado y riguroso que desarrolló desde la infancia. Criado por la Reina y por sus hermanas mayores, Felipe II creció sin la presencia de su padre Carlos V, un rey que permanecía poco tiempo en un mismo reino, lo que pudo marcar profundamente su carácter. En su libro «Felipe II: la biografía definitiva», el hispanista Geoffrey Parker apunta que para Sigmund Freud la personalidad obsesiva se desarrolla a causa de una educación muy severa que crea mentes inseguras y temerosas. «Julfest»: la fiesta pagana con la que las sectas ocultistas nazis «mataron» el cristianismo. Actualizado: «En Nochebuena hubo una celebración que no fue una celebración cristiana, sino la pagana “Julfest” alemana.
Estábamos todos juntos y tuvimos que cantar algunas tonterías sobre la noche estrellada y otros penosos sustitutivos del auténtico mensaje navideño». Así recordaba Gereon Karl Goldmann (reclutado por las bravas en el ejército alemán) en su obra «Un seminarista en las SS: Un relato autobiográfico» cómo era la Navidad en pleno Tercer Reich. Aunque aquellas cancioncillas eran solo la punta de un iceberg que contaba con varios kilómetros de hielo bajo la superficie. Y es que, detrás de la sustitución de los villancicos religiosos por otros paganos y más allá del papel de regalo estampado con esvásticas, Adolf Hitler y sus temibles SS (la llamada «Orden Negra») ocultaban un objetivo mucho más oscuro: acabar con el cristianismo y su influencia en la sociedad.
Hugonotes. Cruz hugonote utilizada entre los siglos XVII y XVIII, actualmente es emblema de la Iglesia Reformada de Francia.
El término hugonotes (huguenot, en francés) es el antiguo nombre otorgado a los protestantes franceses de doctrina calvinista durante las guerras de religión. A partir del siglo XVII, los hugonotes serían denominados frecuentemente Religionnaires, ya que los decretos reales (y otros documentos oficiales) llamaban el protestantismo desdeñosamente «pretendida religión reformada». Etimología[editar] Guerra de las Dos Rosas. Francisco I de Francia.
Juana la Loca, ¿víctima de una conspiración? Con su rostro ovalado, su nariz fina y delicada, piel clara y el cabello rubio, Juana de Castilla fue atractiva desde su niñez.
También era inteligente, ya que aprendió latín y poseía notables aptitudes para la música, que sería uno de sus escasos consuelos a lo largo de una vida cada vez más trágica. Lejos de mostrar ningún indicio que llevara a pensar en su futura condición de "reina loca" de España, Juana parecía predestinada a convertirse en un brillante ornamento en la corte de algún insigne príncipe europeo. Y así ocurrió en 1497 cuando, a los 17 años, se trasladó a los Países Bajos para contraer matrimonio con el archiduque de Austria, Felipe el Hermoso, heredero de las casas de Borgoña y Habsburgo. Los Reyes Católicos habían ideado una estrategia de alianzas matrimoniales en Europa con el propósito de rodear a su gran enemigo, la monarquía francesa, estrategia en la que Juana no era más que un peón. La historia de Don Carlos, el sádico hijo de Felipe II que la leyenda negra convirtió en un mártir. Hasta sus últimos días, Felipe II recordaría con la mayor de las penas la noche del 18 de enero de 1568.
Vestido con la armadura real, el Monarca más poderoso de su tiempo condujo a un grupo de cortesanos y hombres armados por los oscuros pasillos del Alcázar de Madrid «sin antorchas ni velas» al aposento del Príncipe Carlos, el hijo del Rey y su único heredero. Al despertarse y hallarse rodeado de hombres armados, Don Carlos exclamó: «¿Qué quiere Vuestra Majestad? ¿Quiéreme matar o prender?». «Ni lo uno ni lo otro, hijo», contestó Felipe II instantes antes de que el Príncipe se llevara la mano a la pistola cargada de pólvora que guardaba siempre en la cabecera de su cama. Un episodio recogido en detalle por Geoffrey Parker en el libro «Felipe II: la biografía definitiva». El joven heredero fue arrestado, sin que nadie llegara a apretar el gatillo, y acusado de conspirar contra la vida de su padre. Endogamia, malaria y una caída: las culpables Fugarse a Flandes para proclamarse Rey. Carlos I de Inglaterra. Carlos I de Inglaterra y de Escocia (en inglés, Charles I of England and Scotland; Dunfermline, Escocia, 19 de noviembre de 1600 - Palacio de Whitehall, Londres, 30 de enero de 1649), fue rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda, desde el 27 de marzo de 1625 hasta su ejecución en 1649.
Biografía[editar] Primeros años[editar] Carlos Estuardo nació en el palacio de Dunfermline, el 19 de noviembre de 1600, siendo el segundo hijo varón de los nueve vástagos de Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra y Ana de Dinamarca. Fue un niño subdesarrollado que todavía no podía caminar o hablar a la edad de tres años. Carlomagno. Hijo del rey Pipino el breve y de Bertrada de Laon, sucedió a su padre y virreinó con su hermano, Carlomán I.
Aunque las relaciones entre ambos se tornaron tensas, la repentina muerte de Carlomán evitó que estallara la guerra. Reforzó las amistosas relaciones que su padre había mantenido con el papado y se convirtió en su protector tras derrotar a los lombardos en Italia. Combatió a los musulmanes que amenazaban sus posesiones en la península ibérica y trató de apoderarse del territorio, aunque tuvo que batirse en retirada y a causa de un ataque de los vascones, perdió a toda su retaguardia, así como a Roldán, en el desfiladero de Roncesvalles.[1] Luchó contra los pueblos eslavos. Tras una larga campaña logró someter a los sajones, obligándolos a convertirse al cristianismo e integrándolos en su reino; de este modo allanó el camino para el establecimiento del Sacro Imperio Romano Germánico bajo la dinastía sajona. [...]
Contexto histórico[editar] María I de Inglaterra. Fue la cuarta monarca de la dinastía Tudor; recordada por abrogar las reformas religiosas introducidas por su padre, Enrique VIII, y por someter de nuevo a Inglaterra a la autoridad del papa, el 30 de noviembre de 1554, con el apoyo del cardenal Reginald Pole.
En dicho proceso, condenó a casi 300 religiosos disidentes a morir en la hoguera en las Persecuciones Marianas, recibiendo por ello de la historiografía protestante el apodo de María la Sanguinaria (en inglés, Bloody Mary). [b] El restablecimiento del catolicismo romano fue revertido por su sucesora y medio hermana, Isabel I, hija del rey Enrique VIII (padre de ambas) y su segunda esposa, Ana Bolena, quien antes de ser reina había sido dama de compañía de Catalina.
Cuando su marido (que también era su primo segundo) ascendió al trono español como Felipe II, ella se convirtió en reina consorte de España. Infancia y primeros años[editar] Enrique el Navegante. Isabel de Aragón (1470-1498) Rebelión de las Alpujarras. Antecedentes[editar] "Vestidos de paseo de las mujeres moriscas en Granada".
Dibujos de Christoph Weiditz (1529) Estas propuestas fueron discutidas por una junta de juristas, teólogos y militares reunida en Madrid (en la que participó el duque de Alba) que acordó recomendar al rey que aplicara las prohibiciones acordadas por la junta reunida en Granada en 1526 y que el rey Carlos I había dejado en suspenso a cambio de los 80 000 ducados que le entregaron los moriscos granadinos. Showthread. Crac del 29. El Crac del 29[1][2] fue la más devastadora caída del mercado de valores en la historia de la Bolsa en Estados Unidos, tomando en consideración el alcance global y la larga duración de sus secuelas y que dio lugar a la Crisis de 1929 también conocida como La Gran Depresión.
Se suelen usar las siguientes tres frases para describir este derrumbe de las acciones: Jueves Negro, Lunes Negro y Martes Negro. Todas ellas son apropiadas, dado que el crac no fue un hecho de un solo día.