L’esperienza sensuale del colore. Il colore è un pensiero.
Una forma della nostra immaginazione. Ne ho parlato a proposito della percezione e della colorimetria. Ma il colore è anche pigmento, sostanza. Qualcosa che si può toccare, impastare, annusare e persino assaggiare. Il nostro rapporto con il colore può, dunque, coinvolgere tutti i sensi, può diventare qualcosa di molto fisico. Spalmare il colore con le dita, con il corpo, con la violenza del lancio, costituisce un atto liberatorio che coinvolge ogni fibra del proprio essere. E non si tratta di forme espressive necessariamente recenti, legate ai filoni della performance o dell’action painting: non ha forse cominciato l’uomo primitivo in questo modo? Spalmarsi i colori addosso o sulle pareti di una caverna sono gesti simili con cui si modella un’immagine di sé e ci si connette con l’universo.
Ma anche Tiziano, il grande pittore del Cinquecento, alla fine della sua lunga vita d’artista, usava le dita per dipingere. Pollock non lo faceva direttamente con le mani. El retrato de oro expoliado por los nazis. Una mirada seria, pero algo inquieta.
Una cara sonrojada probablemente por todos los ojos que rodean su cuerpo envuelto en un vestido de oro y por todos los ojos que sabría la contemplarían durante siglos. Cuando alguien se pone delante de Retrato de Adele Bloch-Bauer I sabe que está ante una de las obras maestras de la pintura universal, primer cuadro del llamado “estilo dorado” de Gustav Klimt, la cima de su carrera. Cuando lo hacía Maria Altmann, veía a su tía, Adele Bloch-Bauer, una mecenas de la escena cultural vienesa de principios del siglo XX, a quien Klimt convirtió con este retrato en una visión dorada y una celebridad, y cuyo nombre casi fue borrado de la historia por los nazis, que, queriendo tachar toda huella judía de la obra, la renombraron Woman in Gold (La dama de oro).
De entre todos los casos de restitución del arte robado por los nazis, el del Retrato de Adele Bloch-Bauer fue uno de los más famosos y dolorosos para Austria. Pero no fue así. La impostura de Abramovic. 125 Questions for the Van Gogh Museum - Van Gogh Museum. “¡Mis obras no significan nada!” La bajó del cielo al suelo.
Y así la escultura dejó de ser solo un hito vertical para extenderse de forma horizontal a ras de tierra, creando un espacio para recorrerla, vivirla e integrarse en ella. Hoy puede no sorprender a nadie, pero cuando Carl Andre (Massachusetts, EEUU, 1935) rompió en los años sesenta con ese concepto de monumentalidad y con la postergación de la escultura con respecto a la pintura causó una auténtica conmoción en el mundo del arte. A su madre, sin embargo, sus obras no le decían mucho. Lo recordaba entre risas el propio artista desde Nueva York en conversación telefónica con EL PAÍS, unos días antes de la presentación en el Museo Reina Sofía de su gran reprospectiva Carl Andre: escultura como lugar, 1958-2010, a la que no asistió este lunes. “Mi madre siempre quiso que yo le esculpiera una gaviota y yo le decía: ‘Conozco a otros artistas que te pueden hacer eso, pero yo no’ y ella se ponía a llorar”, dice.
“Andre tenía un gran amor a los materiales. 125 Questions for the Van Gogh Museum - Van Gogh Museum. Arte Hoy ® Galería. Picasso visto por Picasso. Curación de contenidos el arte de seleccionar la información relevante. The National Gallery.
ESTETICA. Cómo analizar una obra de arte.flv. López Loza Arte y Curaduría. Valor, precios y resultados de las obras. Barcelona, the mother city for Dragons. "La casa del sombrero" hecha con Superadobe por hombres de maiz. 125 Questions for the Van Gogh Museum - Van Gogh Museum.
Cronograma. Módulos introductorios. Módulo 1: Introducción al arte contemporáneo. Módulo 2: Orígenes del Arte Contemporáneo. Módulos Arte del Siglo XX. Módulo 3: El camino de la guerra. Módulo 4: Sociedad del periodo de entreguerras. Módulo 5: Mundo bipolar y expresiones artísticas de la sociedad. Módulo Arte del S XXI. Módulo 6: Desafíos del mundo actual. Arte y Ciudadanía Proyecto. Arte México y Latinoamérica. Museos y galerías. Material Complementario.