Conciencia fonológica. Conciencia Fonológica es “la habilidad metalingüística que permite comprender que las palabras están constituidas por sílabas y fonemas.”[1] [editar] La capacidad metalingüística se refiere al conocimiento que el sujeto tiene de los rasgos y funciones del lenguaje, y de la reflexión y utilización que puede hacer sobre éste.
Esto significa el control y la planificación que la persona establece intencionalmente sobre sus procesos cognitivos, tanto en comprensión como en producción. Entre las capacidades metalingüísticas se encuentra la competencia metafonológica que corresponde a la capacidad de identificar los componentes fonológicos de las unidades lingüísticas y manipularlas de manera deliberada. De esto se trata la conciencia fonológica. En este sentido, esta habilidad permite descomponer el lenguaje en diferentes unidades, siendo éstas las palabras, sílabas y fonemas. Relación con la Lectura[editar] Su importancia en el Proceso de Alfabetización[editar] Referencias[editar] Adams, M. La conciencia fonémica, aliada de la adquisición del lenguaje escrito. Introducción Las habilidades de lenguaje escrito están altamente relacionadas con las habilidades de lenguaje oral.
De hecho, podría decirse que la lectura y la escritura vienen a "injertarse" en un sistema lingüístico parcial, el oral, para completarlo tanto en su aspecto receptivo-comprensivo (la lectura como complementaria a la escucha) como en el expresivo (escritura como complementaria al habla), lo que da lugar a un sistema global que incluye estas cuatro grandes habilidades lingüísticas. A lo largo de las últimas décadas, muchos estudios comportamentales han mostrado el papel crucial de las habilidades de conciencia fonológica (CF) en la adquisición y el desarrollo de la lectura y la escritura y en la explicación de sus dificultades (véase revisión en Ziegler y Goswami, 2005). Así, se pueden distinguir diferentes niveles de conciencia fonológica: Conciencia fonologica. Conciencia fonológica 1.
Descripción o definiciónLa conciencia fonológica es la capacidad de identificar los diferentes sonidos de las palabras. Esta identificación se estimula en el caso de la lectura temprana a través de pasos destinados a orientar a los niños dentro de los sonidos del habla a través de: la diferenciación de palabras (palabras funcionales y semantemas), la rima, la aliteración, reconocimiento de letras (grafemas), reconocimiento de fonemas (unidades fonológicas mínimas que pueden oponerse a otras en contraste significativo) y asociación de fonemas y grafemas reconocimiento de sílabas (especialmente las iniciales y las finales), y su número, reconocimiento y colocación de la acentuación.
La diferenciación de palabras consiste en distinguir una palabra de otra (sal, chal) y las diferentes palabras de un enunciado (el-libro-está-en-la-mesa). El reconocimiento de las sílabas es importante para: 2. 3. 4. Orientaciones generales Orientaciones específicas. Revolución fonológica en español clásico: una explicación multimedia. Revolución en el cielo del paladar, Cambios en las sibilantes entre el español medieval y el clásico, Revolución fonológica: el camino a los sonidos del español moderno… Todos estos podrían haber sido títulos apropiados para encabezar esta entrada, en la que me propongo volver sobre el viejo tema de las sibilantes en el tránsito del español medieval al moderno, ahora con nuevas armas que permitan comprender la gestación de algunos de los fonemas más característicos del español: el velar fricativo sordo /x/ (el de jamón, que también es un producto muy nuestro) y el interdental fricativo sordo /θ/ (el que producimos dos veces en cereza, ese que es patrimonio de una parte muy reducida del mundo hispanohablante).
En la época medieval, el español poseía seis fonemas sibilantes con un punto de articulación muy próximo, comprendido en la zona del paladar, entre los alvéolos y el paladar medio. La representación gráfica más frecuente era la que vemos en este cuadro: N. Elena Azofra More Posts. La evolución fonológica (fonética) Hoy ha venido a casa una de las terapeutas de Jaime, pero hemos estado un ratito hablando de Julia.
No porque haya ningún problema con su evolución: es una avispilla que con año y nueve meses hace frases de tres palabras, tiene un vocabulario amplísimo y una comprensión aún mayor. Pero a todos nos hace mucha gracia, teniendo todo eso en cuenta, que sea incapaz de pronunciar dos sonidos muy semejantes en su articulación: la J y la K.
La /J/ le sale como una /F/: “color rofo” o “naranfa”. La /K/ la pronuncia como la /T/: “tengo tata”. Por supuesto, la /R/ aún no ha llegado. No es algo preocupante. Aunque también en esto cada niño es un mundo (Jaime por ejemplo, antes de ir hacia atrás con año y medio, recuerdo que decía la /R/ sin ningún problema y que incluso le hacía gracia repetir “el perro roe un hueso”), sí que hay unas pautas generales de cómo aparecen los sonidos. ¿Cuáles son los sonidos que más les costaron o les están costando a vuestros peques?