Adivinancero popular infantil.
El mundo de María Elena Walsh
"Cuando la consultaron, el Hada Fantasía dijo que María Elena había iluminado la tierra por un tiempo que es el tiempo que conocen los hombres y que ahora debía partir hacia otras dimensiones desconocidas para los humanos. El Hada Fantasía, cuando la consultaron, dijo que había venido a llevarse a María Elena a paraísos lejanos que están más allá de la tierra y que sólo conocen los personajes de los cuentos. Entonces fue que la Maga de los chicos, aquella mujer increíble que susurraba nanas en las cunas de los bebés, la misma que dibujaba sonrisas de payasos en las caras de los niños y pintaba los cachetes de las muñecas, la que llenaba los espacios infantiles con pentagramas y Claves de sol, se fue silenciosamente de este mundo. Salió en puntas de pies, porque sabía que sino, los niños, y los bebés, y los adultos con corazón de niño, no la iban a dejar partir..." Título del proyecto: El mundo de María Elena Walsh Actividades Otra idea interesante "Merienda Literaria Walsh"
Las abuelas nos cuentan
La vaca estudiosa. Poesía de María Elena Walsh para niños
Las poesías infantiles despieran la imaginación y la creatividad de los niños. A través de la lectura los más pequeños descubren infinitas posibilidades y formas de ver el mundo en los libros. En las poesías de María Elena Walsh, una conocida autora infantil argentina, los niños descubrirán cómo jugar con las palabras, llevar un buen ritmo de lectura y ampliar su vocabulario. Y, sobre todo, ¡divertirse! Poesía infantil: La vaca estudiosa Había una vez una vaca en la Quebrada de Humahuaca. Y a pesar de que ya era abuela un día quiso ir a la escuela. La vio la maestra asustaday dijo: - Estas equivocada. La vaca, vestida de blanco, se acomodó en el primer banco. La gente se fue muy curiosa a ver a la vaca estudiosa. Y como el bochinche aumentaba en la escuela nadie estudiaba. Un día toditos los chicos se convirtieron en borricos. Artículos relacionados Cómo se dibuja a un niño.
María Elena Walsh: “La vida es muy triste sin diccionarios”
Rara, ¿como encendida? Hace rato que María Elena Walsh mantiene a fuego moderado la fogata con que avivó textos como Desventuras en el País-Jardín de Infantes (1979) o La pena de muerte (1991), que ya son un hito en la historia del periodismo argentino y que en su momento pusieron al derecho este reino del revés con el que convivimos los argentinos. ¿La procesión va por dentro? Algo de eso hay, sugerirá ella más tarde. Ahora, y desde que en 1997 publicó Manuelita ¿dónde vas? para volver a jugar con las palabras, a despertar la imaginación y a desperezar el disparate a través del género infantil –que Walsh revolucionó como pocos en la literatura argentina–, se dedica sólo a escribir para los chicos. Rara, tal vez. Encendida, siempre, pero con ese fuego que regula a su antojo, arrojando chispas de su carácter irónico, rebelde, implacable, genuino, todo muy armoniosamente y en su justa medida. -¿Le costó armar esta nueva antología de sus cuentos infantiles? -¿Por qué? -Todo se resume a eso.
EL OVILLO - María Elena Walsh
Voy a contarles un cuento que me contaron hace añares, no sé si lo recuerdo bien porque la memoria se pasea mucho, los cuentos cambian todo el tiempo, y los chicos no se quedan quietos. El cuento dice más o menos así: Éste era un pueblo chico y feo. No llovía y no llovía, y el suelo estaba reseco alrededor del rancho de la familia Chumpi. El padre se había ido a cazar peludos o lo que encontrara. La cabra y el cabrito parecían muñecos de alambre. Al fin la madre dijo: -Vayan todos a buscar algo de comer, por ahí desentierran una batata, pero cuidadito con robar. Y allá se van corriendo todos juntos, menos Rocío, que es la más chica, y toma por otro camino, con su gato flaco Bergamín pisándole los talones. La madre se pone a amasar su último pan, con harina de yuyo seco y un poco de baba de cabra, y, de paso, canta una copla que dice: No quiere llover, sale una nube y se vuelve a perder… Así pasa el día y los chicos van volviendo más sucios todavía. La cabra y su cría beben hasta reventar.
Poesia El Reino del revés
El Reino del revés ------------------ Me dijeron que en el Reino del Revés nada el pájaro y vuela el pez, que los gatos no hacen miau y dicen yes porque estudian mucho inglés. Me dijeron que en el Reino del Revés nadie baila con los pies, que un ladrón es vigilante y otro es juez y que dos y dos son tres. Me dijeron que en el Reino del Revés cabe un oso en una nuez, que usan barbas y bigotes los bebés y que un año dura un mes. Me dijeron que en el Reino del Revés hay un perro pekinés que se cae para arriba y una vez no pudo bajar después. Me dijeron que en el Reino del Revés un señor llamado Andrés tiene 1.530 chimpancés que si miras no los ves. Me dijeron que en el Reino del Revés una araña y un ciempiés van montados al palacio del marqués en caballos de ajedrez. Vamos a ver cómo es el Reino del Revés.
María Elena Walsh y el tiempo de jugar
En el siguiente artículo recordamos a la escritora, poeta, guionista, cantautora, compositora y dramaturga María Elena Walsh. Rememoramos su infancia y sus comienzos como artista, y destacamos el valor de su legado para la historia cultural argentina. Además, les ofrecemos un conjunto de recursos multimedia para conocer y compartir sobre la obra de esta gran creadora. María Elena Walsh nació el 1.º de febrero de 1930 en la localidad bonaerense de Ramos Mejía. Su padre, Enrique Walsh, que era hijo de inmigrantes de origen irlandés, trabajaba como jefe de contaduría de la línea Sudoeste. A su papá le gustaba tocar el piano y cantar canciones de la tradición oral inglesa que había escuchado de niño. Sus padres eran personas con una gran sensibilidad hacia el arte, la lectura, la música. Tempranamente ella marcó un distanciamiento ideológico de las expectativas y los estereotipos impuestos social y culturalmente para cualquier jovencita en esos tiempos. «Un tipo difícil, muy depresivo.