Ocho escritoras con seudónimo masculino para poder publicar - Gente YOLD. ¿Te suenan autores como Fernán Caballero, George Elliot o Isak Dinesen?
Bien, pues esos escritores, y muchos otros, eran en realidad mujeres. Y es que, como ha ocurrido en otros ámbitos a largo de los años, la literatura ha sido siempre cosa de hombres. Hoy en Gente Yold te traemos la historia de ocho mujeres que no solo contaban con una enorme inteligencia y talento para escribir, sino que hicieron lo posible por enseñárselo al mundo, por más que ello costara tener que permanecer en el más profundo anonimato. Virginia Wolf nunca firmó con seudónimo pero sí escribió sobre el rol de las mujeres en la literatura Virginia Wolf, apenas comenzado el siglo XX, ya realizó una profunda reflexión en su magistral ensayo Una habitación propia sobre el rol de las mujeres en una tradición literaria totalmente dominada por los hombres: “Me atrevo a adivinar que ‘Anónimo’, que escribió tantos poemas sin firmarlos, era a menudo una mujer”. Retrato de Fernán Caballero Charlotte Brontë Anne Brontë J.
Diccionario de la lengua española - Edición del Tricentenario. Masculino genérico. De acuerdo con el precepto académico, «los sustantivos masculinos no solo se emplean para referirse a los individuos de ese sexo, sino también, en los contextos apropiados, para designar la clase que corresponde a todos los individuos de la especie sin distinción de sexos».
Gramática, RAE, 2009. Sucede en cada vez más foros que las mujeres son una mayoría. Esto pasa no solo en reuniones y encuentros profesionales de muy diversa índole, sino también, por ejemplo, en el deporte femenino, que cada vez cuenta con más presencia en los medios, o en la composición de los distintos Gobiernos. Muchos hablantes sienten que, para recoger convenientemente este hecho, el llamado masculino genérico se queda corto. Esto es, que ante una mayoría, por ejemplo, de ministras lo más adecuado sería hablar de las ministras del Gobierno, englobando con esta denominación a hombres y mujeres, en lugar de hacerlo al revés.
Más información Tabla resumen. Científicas escondidas por la historia. Un experimento: dos currículums exactamente iguales, mismos estudios, misma experiencia, misma formación y mismas competencias.
Solo una diferencia: el nombre. Uno de ellos se presenta como Jennifer; el otro, como John. Se reparten sendos currículums a 127 profesores de biología, química y física para evaluar sus competencias y la posibilidad de ser contratados. Resultado: a juicio de los expertos, Jennifer tiene un 17,5% menos de competencias que John y debería cobrar un 12,4% menos. Jennifer y John no existen. Pero de desempolvar esos nombres y darles el lugar que les corresponde en el mundo de la ciencia se ha encargado, entre otros, el catedrático de farmacología, Sergio Erill.
Erill desmenuza la historia vital de 14 mujeres que tuvieron un papel capital en el desarrollo de varias disciplinas científicas. Grandes y llamativas imágenes, a priori sin nexos de conexión, son el punto de partida de cada historia de vida seleccionada por Erill. Uso y alternativas del masculino genérico - Estandarte. 31 de diciembre de 2020.
Estandarte La reivindicación de un lenguaje no sexista no parece una moda pasajera. El debate está abierto y eso –debatir, cuando significa escuchar y argumentar– siempre es positivo. Hay muchas cuestiones a tratar, una de ellas sería determinar si el lenguaje es sexista o lo es el uso que se hace de él. Partiendo de aquí, la polémica está servida. Una de esas cuestiones es el uso del masculino genérico. El masculino es el género no marcado, es decir, que «los sustantivos masculinos no solo se emplean para referirse a los individuos de ese sexo, sino también, en los contextos apropiados, para designar la clase que corresponde a todos los individuos de la especie sin distinción de sexos». La última Gramática académica expone principalmente dos motivos en defensa de este masculino genérico: –La economía lingüística: se considera que las alternativas, como desdoblar cada apelación en dos géneros, son un circunloquio innecesario la mayor parte de las veces.
El debate sobre las ‘portavozas’ divide también a los lingüistas. Cuando Irene Montero dijo en el Congreso “portavoces y portavozas” reabrió un debate cíclico sobre el uso del lenguaje como herramienta para avanzar en la igualdad entre hombres y mujeres.
“¿Por qué no se dejan de tonterías y hablan de temas serios, de brecha salarial o violencia de género?” , se preguntaron ciudadanos y tertulianos. La sociolingüista y catedrática en Filología de la Universidad de Alcalá, Mercedes Bengoechea, lleva años respondiendo: “Si queremos inclusión absoluta, tenemos que atajar el lenguaje”. El Tornillo 5x22: "Lenguaje Inclusivo II" El Tornillo 5x21: "Lenguaje Inclusivo" El lenguaje construye nuestro pensamiento y nuestra realidad. Lenguaje inclusivo, entre el sistema y el síntoma.