HISTORIA DEL ARTE PALEOLÍTICO Y NEOLÍTICO. Arte Paleolítico y Neolítico – Mi Globo Terráqueo. Según la visión europea-occidental, la historia de la humanidad se divide en Prehistoria e Historia a partir del desarrollo de la escritura, lo cual permitió trazar una línea en el siglo XIX para dividir a las sociedades que eran competencia de los historiadores y valía la pena estudiar porque había documentos escritos sobre ellas, y otras sociedades que al no tenerlos, eran consideradas primitivas y por lo tanto más bien aplicables al estudio de otras disciplinas.
Actualmente, sabemos que estos límites no son tan exactos, ya que la escritura no se desarrolló al mismo tiempo en todos los puntos del planeta, e que incluso sociedades complejas nunca llegaron a desarrollar la escritura como la entendemos hoy, sino que crearon otros modos de registro, como es el caso de la sociedad incaica del Tawantinsuyu, de la cuál hasta el día de hoy no se han hallado registros escritos pero si se sabe que tenían un sistema de registro con cuerdas denominado “quipu”.
Me gusta esto: Descubierta en Turquía nueva y sorprendente Venus neolítica. Los investigadores que se encuentran trabajando en las excavaciones del yacimiento arqueológico de Çatalhöyük (Turquía) han desenterrado una singular figurita neolítica con la silueta de una mujer.
La estatuilla ha sido descrita como única por su magnífica factura, su material y porque se encuentra intacta. Se ha planteado asimismo la posibilidad de que sirviera a algún propósito ritual o religioso. Daily Sabah informa de que la figurita mide 17 cm de altura, pesa 1 kilo y fue tallada en piedra marmórea. Se estima que fue creada entre los años 8000 a. C. y 5500 a. Fotografía de la figurita recientemente descubierta. El equipo internacional de arqueólogos encabezado por el profesor Ian Hodder, antropólogo de la Universidad Stanford, cree que esta estatuilla debía ser una pieza importante en el pasado.
Por otro lado, Hodder ha propuesto que la estatuilla podría representar a una mujer de cierta edad que ocupara una elevada posición en su sociedad. La desigualdad social se remonta a la Edad de Piedra. En el Neolítico, hace más de 7.000 años, ya existía la desigualdad entre los distintos miembros de la sociedad.
Eso es lo que concluye una investigación llevada a cabo por arqueólogos de las universidades de Bristol, Cardiff y Oxford. El estudio de más de 300 esqueletos humanos de yacimientos arqueológicos en Centroeuropa ha permitido que el profesor Alex Bentley y un equipo internacional de investigadores, financiados por el Consejo de Investigación de las Artes y las Humanidades, hayan podido encontrar diferencias en el acceso de la tierra entre los primeros agricultores del neolítico. El Neolítico, la mayor revolución de la historia.
La Prehistoria en 6 minutos. ¿Cansado del "queso" que no es queso? María de la Luz, cocinera tradicional c... Eluniversal.com. Texto: Nayeli Reyes Foto actual: Gabriel SánchezDiseño Web: Miguel Ángel Garnica Las mañanas en la Ciudad de México son crujientes.
Todo comienza en las panaderías, donde los primeros en salir de los hornos son los bolillos. Estas piezas crocantes por fuera y esponjosas por dentro están rellenas de infinitas posibilidades: podrían convertirse en tortas, molletes o hasta remedio para un susto. El Diccionario enciclopédico de la Gastronomía Mexicana los describe como “una de las formas más comunes del pan de sal”, variedad de sabor neutro también conocida como pan blanco; su masa no contiene azúcar y, según el chef José Lulo, lleva un poco de sal para desarrollar tenacidad y lograr la fermentación junto con la levadura. Salomón Hernández, panadero con 55 años de experiencia, cuenta que la charola de bolillos está lista a las 6 de la mañana en su negocio en la alcaldía Álvaro Obregón y es lo más vendido.
“La elaboración de un bolillo es cosa rápida y económica. ¿Qué comían los demás? Fuentes: Tortillas de harina. En el pan está la verdadera patria.
“Si son de harina ni me las calienten” reza el viejo adagio del norte de México, pues hace distinción entre la tortilla de nixtamal (que solo caliente sabe bien) y la de harina de trigo, que incluso puede comerse fría. Entre mis primeros recuerdos está el de mi bisabuela María Treviso, una mujer de campo cuyo apellido evoca raíces venecianas; la veo en su cocina sobajeando la masa para las tortillas: dispone sobre el mantel de la mesa, recién hechos, los quesos llamados asaderos, una especie de mozarela fresco, también en forma de tortilla.
El bisabuelo Juan Frescas, alto y de ojos claros, desayuna un plato de frijoles antes de salir a trabajar al campo, no sin antes tomarse una taza de café negro bien cargado. Otro abuelo, el maestro Daniel Vargas, que era inspector escolar, me contó que un día se perdió en la sierra. No es mi intención despreciar el nixtamal, el gran invento de la civilización precortesiana.