Cordero a la estaca. – Granja escuela. Restaurante GüeyuMar » Carta. Yatai Market, comida callejera asiática en pleno centro de Madrid. Disfrutar de los sabores de la cocina asiática, de múltiples formas, bajo un mismo techo y en pleno centro de Madrid, es posible en Yatai Market, el mercado de comida callejera asiática recientemente inaugurado en la capital que promete hacer las delicias de los amantes de las gastronomías japonesa, camboyana y tailandesa, entre otras.
Yatai Market se une a la lista de mercados gastronómicos ya existente en Madrid, entre los que destacan el de San Miguel, San Ildefonso, San Antón, Barceló o Platea, pero con el punto diferenciador que le otorga la oferta gastronómica en la que se centra: los sabores de la cocina asiática, que cada vez cuenta con más adeptos. ¿Qué ofrece Yatai Market? Atravesar la puerta y adentrarse en Yatai Market supone trasladarse al exotismo de los países orientales. La decoración y la ambientación del lugar no dejan lugar a dudas. ¿Cómo es su oferta gatronómica? El escenario cumple con su papel, pero a nosotros nos interesa la comida. Yatai Market. Bar Casa Dani, Madrid. La Turuleca: brasa peruana a precio de risa. ¡La gallina turuleca!
¿O era turuleta? Una investigación nada profunda sobre el tema sugiere que en España la llamábamos turuleta y, en Perú, turuleca. ¿Y por qué le ponen ese nombre a un restaurante? Primero, por que les da la gana. Y, segundo, porque una de las especialidades son los pollos asados a la brasa. ¿Y qué tiene de especial este sitio de nombre gallináceo? Lo lleva el mismo equipo que Ceviche 103, mi restaurante peruano favorito de Barcelona, con la idea de ofrecer comida peruana tradicional. Hombre, un restaurante asequible, para variar… Muy asequible, diría yo, y con una relación calidad precio bastante imbatible. A ver, dejate de filosofadas, ¿qué comiste?
Empecé con un irrenunciable Pisco Sour, buenísimo, exactamente igual que en Ceviche 103. Seguí con un combinado de rahi –callos– y mollejas de pollo a la brasa acompañadas de tres salsas –de ají amarillo, huacatay y vinagreta–. Buenísimo el pollo asado con patatas. Bastante sencillo todo, ¿no? Ahá… Ni ahá, ni uhú. Nuestros menús del día favoritos. ¿Qué?
¿El crédito de la tarjeta se os ha ido de las manos, verdad? Es lo que tiene el Triángulo de las Bermudas financiero que son la Navidad, las rebajas de enero y los terribles sueldos que cobra en este país la mayoría de gente honrada. Nada, no sufráis, El Comidista llega al rescate. No os prestaremos ni un céntimo de euro, ojo, pero os regalamos esta solvente lista de restaurantes con menús del día de hasta 15 euros.
Que no se respire miseria, caramba. Son buenos, son baratos y los tenemos esparcidos por toda la geografía de lo que viene a llamarse España. Bueno, reconozco que hay omisiones geográficas, así que os propongo algo que a algunos os parecerá imposible: si echáis de menos ése restaurante maravilloso de vuestro pueblo, ciudad o de dónde Cristo perdió la sandalia, no os lanzéis a la crítica furibunda: sed constructivos y compartidlo. El Pradal El Pradal: Calle Lanzarote 26. Casa Dani “¡Tienen una tortilla de patata que es de llorar!” Casa Dani: Mercado de la Paz.
Menus del día. El estrella Michelín más barato de Europa. Cuando te gusta comer y frecuentes restaurantes hay dos palabras que te provocan a la vez placer y bastante dolor (en la cartera): estrellas Michelin.
Por un lado, asociamos la alta cocina a una factura igual de alta, y por otro su sostenibilidad económica está constantemente cuestionada. El mismo Pepe Rodríguez comentaba recientemente a raíz de la polémica sobre los stagiers que sin ellos muchos de esos negocios “lo pasarían muy mal” por los gastos que suponen el personal y la materia prima. Pero en Ourense hay un pequeño local galardonado con una de esas codiciadas estrellas que desmonta todas estas teorías a base de producto de proximidad, humildad y un ejercicio constante de no despegar los pies de la tierra. Se llama Nova, y sus padres son Julio Sotomayor y Daniel Guzmán. Abrieron hace cuatro años y medio, cuando la prima de riesgo estaba en 600. Empezaron a trabajar 15 horas al día, pero nunca habían sido tan felices como con su propio negocio.