La producción de residuos cae en Barcelona a niveles de los años 80. La drástica caída de la actividad económica y el confinamiento de la población para frenar el coronavirus ha traducido en una menor generación de residuos en Barcelona y los 35 municipios de su entorno.
La producción ha caído un 25%, lo que sitúa los indicadores en niveles de finales de los años 80. La única fracción que aumenta es la de los envases ligeros: los productos de limpieza y las latas de cerveza y refrescos que han dejado de consumirse en los bares. Los datos figuran en un informe del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) que toma muestras de las tres semanas comprendidas entre el 16 de marzo y el 5 de abril. Estrategias políticas para 'limpiar' las ciudades de personas sin hogar. Del hedonismo triste al decrecimiento feliz: hacia una imaginación política de la empatía. CTXT necesita un arreglo de chapa y pintura.
Mejorar el diseño, la usabilidad… convertir nuestra revista en un medio más accesible. Con tu donación lo haremos posible este año. A cambio, tendrás acceso gratuito a El Saloncito durante un mes. Aporta aquí Últimamente cunde la politización del pánico por doquier: entre la derecha y la izquierda más o menos conservadora o progresista, entre neoliberales y neofascistas, entre globalistas y nacionalistas. La falta de imaginación política radica en no cuestionar la creencia de que el crecimiento económico debe ser la prioridad de la sociedad por ser la panacea para resolver cualquier problema. Estado de miedo permanente y adicción al crecimiento forman los dos ejes principales de nuestra cultura económica dominante. Estudios recientes sugieren que el miedo activa el pensamiento conservador. Luis I.
Staving Off the Coming Global Collapse. Humans have a virtually unlimited capacity for self-delusion, even when self-preservation is at stake. The scariest example is the simplistic, growth-oriented, market-based economic thinking that is all but running the world today. La Barceloneta’s Struggle Against (Environmental) Gentrification. Ever since the 1992 Olympic Games put Barcelona on the map, the exponential growth of tourism has moved hand in glove with the explosion of gentrification across the city.
Overnight tourist stays in city hotels more than quintupled from 3.7 million in 1990 to over 20 million in 2016, and today a prominent anti-tourism movement has led to a crackdown on Airbnb-style rentals and multiple plans to reclaim the city for locals who are increasingly being pushed out of their neighborhoods. A look at some of the key urban interventions in one of Barcelona’s most affected areas—the iconic beachfront neighborhood of La Barceloneta—serves to illustrate a city-wide urban struggle that evolved in defense of the needs and rights of residents over capital and profit. Understanding these dynamics from an urban political ecology perspective shows us how urban environments and social relations are shaped, re-shaped, and who benefits and suffers in the process.
Somorrostro 1964 by Ignasi Marroyo ANC. La Barceloneta’s Struggle Against (Environmental) Gentrification. Especial sobre la venta ambulante en Barcelona. �Soy la primera africana que abre una chatarrer�a en BCN� Esta es la historia de todas las historias que ha vivido Ndeye Gueye (Mbacké, Senegal, 45 años) desde que llegó a España hace una década: su historia de recoger fruta en los campos de Huelva; su historia de vender zumos a los 'manteros' de Barcelona, o la de vender su famoso arroz con pescado a los recolectores de chatarra, también en Barcelona; su historia de poner en marcha una chatarrería propia; su historia, en fin: la de una senegalesa obstinada, emprendedora y con ganas de salir adelante.
Hela aquí, señorial e impasible, en el barrio del Besòs, en la calle de Bolivia, número 333, detrás del escritorio o más bien trono desde el que reina sobre su negocio. -Recogiendo fruta. Así empiezan muchos inmigrantes. 410 6671 1 PB. Cómo sobrevivir en España vendiendo chatarra a nueve céntimos el kilo. BARCELONA.- “Nunca me meto en el contenedor del todo, huele muy mal.
Pero hay gente que se mete media hora, rebuscando en la basura”. Diana va a recoger chatarra con las uñas pintadas. Le gustaría arreglarse más, como hacía hace diez años, antes de la muerte de su madre. Desde entonces, su día a día se ha convertido en una lucha constante: perder el trabajo, la casa, un marido con el que pelea a menudo. “Sí, sí, me gusta tomarme un café y un cigarrillo antes de salir a buscar chatarra, si puedo. Cómo sobrevivir en España vendiendo chatarra a nueve céntimos el kilo. 'La crisis de Zapatero la paga el chatarrero' Casi un centenar de chatarreros se han reunido este jueves en la plaza de Cibeles para manifestarse en contra de la Ley aprobada el pasado 1 de agosto que prohíbe la recogida de hierros y chatarra en la vía pública.
Reclaman poder seguir realizando el trabajo que la mayoría de ellos lleva ejerciendo "desde que tiene uso de razón", según ha declarado Ángel Lobato, propietario de una empresa de recuperación de hierro que cuenta con unos 700 proveedores. Los miembros de este gremio aseguran que los beneficios que obtienen les impiden abonar los 300 euros mensuales que el Gobierno les exige para ser dados de alta como autónomos.
Tras la manta. Noticias dibujadas desde la chatarra. En sus viajes, Sagar Forniés (Zaragoza, 1974) dibuja.
En cuadernos irrepetibles que guarda para sí condensa lo que ve y lo que imagina: los rascacielos de Nueva York y sobre ellos King Kong y Spiderman. “Para mí el dibujo es la manera más bonita de mentir”, dice después de hablar de un álbum, Barcelona. Los vagabundos de la chatarra (Norma), donde ha dibujado las verdades que ha ido encontrando a lo largo de un año mientras pedaleaba por los subterráneos sociales de Barcelona y que se publicará en otoño. Jorge Carrión (Tarragona, 1976), cuando viaja, escribe. Un día se hartó del cada día y se fue a recorrer el mundo. Dado que Carrión cree que “el nuevo" nuevo periodismo vive en el cómic (escuela Sacco y compañía) y que Forniés disfruta de los trabajos gráficos callejeros, resulta natural su colaboración para sacar adelante este álbum de periodismo ilustrado, aunque hasta entonces ni sus vidas ni sus trabajos se hubieran entrecruzado.