Traductora literaria y audiovisual EN-ES/CA, lectora compulsiva, amante del arte. / #translator
Brevísimo manual para jóvenes editores. Por Andrea Palet Mucho muy lejos me hallo de poder contar experiencias como las de mi admirado Maxwell Perkins, pero ni siquiera ese verdadero Maxwell Smart se refirió nunca a su cuidadosa labor de zapa; lo que se sabe es por su correspondencia privada, hecha pública después de su muerte.
El trabajo conjunto con un autor -el corte, pulido, escarmenado y musicalización de un original, la paternidad de las ideas, la organización de un conocimiento para transmitirlo por escrito- es de una intensidad y una intimidad tales que, como los secretos de familia, se resiente al ser expuesto a la luz del día. A la espera de la demencia senil que me hará contar lo que no debo y enseñar lo que no sé, entonces, vayan apenas unos consejos de buena fe para quien se inicia en este oficio de corte y confección invisible. No todo merece ser un libro. Huye del amigo o la tía con una historia alucinante que cree que debería contar en un libro. Un fondo transparente. Pequeño manual del traductor autónomo. Enseñar la igualdad a los niños. Como muchos sabréis, además de traducir, trabajo con niños desde hace más diez años.
Me encanta salir del despacho y alejarme de la tiranía que nos impone el ordenador a los traductores autónomos, para moverme un poco, socializar y, sí, aprender de ellos también. Durante todo este tiempo he visto mejoras en cuanto a juguetes y a libros infantiles. Nuevos materiales y mejor adaptados a la par que instructivos. En este sentido, las editoriales vienen pisando fuerte con libros más modernos, atractivos e inclusivos. Ha habido nuevas iniciativas para enseñar a los pequeños nuevas realidades y explicar que hay varios tipos de familia, por ejemplo. Como pasa con otros ámbitos, la discriminación que sufren los niños hijos de familias homoparentales proviene principalmente de los adultos, pero no son los niños quienes discriminan en primera instancia.
Existen otras iniciativas, como las de las editoriales madrileñas Egales y NubeOcho. Sin embargo, no todo está perdido. Artículos relacionados: Aprender idiomas leyendo. Dicen que la ignorancia se cura leyendo, que los libros son puertas a otros mundos y nos estimulan la curiosidad y la creatividad.
Por eso, leer en otro idioma nos ayuda a aprenderlo de una forma más práctica (más allá de aprenderse las estructuras gramaticales o la lista de verbos irregulares) y también nos ayuda a sumirnos en una cultura que nos es ajena. En la última ocasión vimos una buena colección de recursos para aprender idiomas y hoy me gustaría profundizar en la lectura para aprender una lengua —el inglés, aunque es extrapolable a muchos otros—, en cómo aprovechar bien la lectura y disfrutar al mismo tiempo. ¿Cómo lo hago? ¿Recuerdas la última vez que compraste un libro en otro idioma? Tal vez acabaste cerrándolo para siempre al leer unos cuantos capítulos y te escudaste en que la obra era demasiado difícil, aburrida o larga.
La lectura, uno de los métodos más efectivos del aprendizaje, debe hacerse idealmente dependiendo del nivel del estudiante. ¿Con ganas de más? Me gusta: Brócoli, pimientos y otras adaptaciones de cine. El estreno de la película de Pixar Del revés (Inside Out, 2015), además de la polémica con los personajes (Tristeza es rellenita y poco agraciada —dicen— y Alegría es delgada y atractiva) ha sacado a la luz un aspecto curioso, que no nuevo, del cine: las adaptaciones culturales.
Si la intención primordial de un producto audiovisual es que llegue al espectador y que este lo reciba con naturalidad y no le cause extrañeza, hay que tener en cuenta muchos factores y no solo lo que se oye, sino también lo que se ve. Y aunque muchos lo llamen «localización», es en realidad un ejemplo de adaptación cultural. En esta película se dan dos buenos ejemplos. El primero, y del que se ha hablado más, es el cambio del brócoli por el pimiento verde para la versión japonesa.
¿El motivo? Los 15 artículos sobre traducción de 2015. …en este blog.
Pasa un año más y va bien hacer balance de lo que han dejado estos doce meses. En 2014 hablé de lo que había representado para mí profesionalmente y este año he creído conveniente hacer un repaso de todos los artículos publicados desde enero. A veces escribo tras darle muchas vueltas a un tema, otras veces ocurre de forma casi espontánea por algo que sucede o que encuentro por ahí (una imagen, una noticia…), pero siempre acabo dejándome mucho tiempo en ellas y, bueno, por si os perdisteis alguna, aquí las rescato por temas: Empezamos el año con tres entradas completas sobre el ejercicio profesional.
Enlaces, trucos y consejos sobre cuestiones tan diversas como fiscalidad, ergonomía, trato con clientes, etc. 11 best uses of bad #grammar from The Simpsons. When it comes to comedy, sometimes a little grammatical wrongnity is exactly what’s called for.
Here are 11 examples from The Simpsons that are bad in just the right ways. Episode: “Lisa the Iconoclast” The town motto of Springfield takes the air out of the hifalutin’ pretentiousness of lofty sloganeering by sticking a simple “big” where it doesn’t belong. When Mrs. Krabappel questions the correctness of “embiggens,” Ms. Episode: “Lisa on Ice”