Descripción de la lista. Alta Capacidad, Mitos y Realidades. La atención a la diversidad y el respeto y apoyo a las diferencias individuales de los aprendices es una condición que debe estar presente en cualquier sistema educativo moderno. Durante largo tiempo se ha considerado como un desideratum de la escuela el alcanzar la personalización de la enseñanza y la educación. Sin embargo poco se ha hecho hasta el momento por atender a las demandas educativas de los alumnos más capaces, precisamente por considerar que sus condiciones personales les permitirían alcanzar un desarrollo personal satisfactorio por sí mismos.
Otras veces son los mitos sobre la alta capacidad los que frenan el desarrollo de un campo de tan vital importancia para la sociedad. Se invoca el principio de igualdad de oportunidades, el elitismo, la excelencia, y tantos otros tópicos para justificar que la atención a las personas más capaces es innecesaria. Mito 1. La alta capacidad es innata o, el mito contrario, ésta es principalmente un problema de trabajo duro.
Detrás de estas posiciones están los bien conocidos postulados genetistas y ambientalistas, es decir, las teorías que conceden una exclusiva determinación genética a las capacidades humanas -todo es heredado y las que ponen todo el énfasis en el impacto del ambiente en el que los sujetos se desarrollan -todo es adquirido-. Actualmente, sin entrar en un análisis pormenorizado de esta cuestión, podemos afirmar que los expertos adoptan posturas intermedias, bien matizadas. Es decir, que aunque la genética ocupa un papel importante, no es menos cierto que el ambiente es fundamental para el desarrollo y despliegue de las capacidades potenciales del ser humano. Si adoptásemos una posición puramente genetista, la educación estaría de más. Sería equivalente a decir que uno nace de alta capacidad o no. Se trataría de una cuestión de combinaciones aleatorias de pares de alelos. Mito 2. Los niños con alta capacidad académica lo son en todas las áreas escolares.
Es cierto que la diversidad de los talentos y capacidades humanas y cómo se combinan en las personas es muy variable, pero aun teniendo en cuenta esto, no debemos caer en el error de pensar que un niño brillante en una de las áreas académicas, también lo será en el resto. Puede que sí, pero también es posible que tenga dificultades, o que no sea tan brillante como de él se espera. Este es un aspecto que debe tenerse en cuenta para evitar el crear expectativas poco realistas sobre las personas, que les lleven a tener un sentimiento de fracaso o frustración, cuando simplemente son víctimas, por ejemplo, de unos padres o profesores que les empujan más allá de donde es razonable para su capacidad.
Sería más adecuado hablar de perfiles de competencia, es decir de qué aspectos son los más destacados y cuáles los más débiles en una persona. Mito 3 . Las personas de alta capacidad tienen unos recursos intelectuales, sociales y de personalidad tales que son capaces de alcanzar su pleno desarrollo por sí mismos. Nada más lejos de la realidad. Precisamente por su extraordinaria capacidad potencial, estos niños necesitan unas ayudas específicas sin las que raramente podrán llegar a alcanzar su pleno desarrollo personal e intelectual.
Es sabido que la escuela regular se centra en el alumno medio, pero sin reparar en que éste no es más que una abstracción y que, por tanto, no existe en ninguna parte. Aunque el ideal es la personalización de la educación, la individualización de la enseñanza, ésta rara vez se alcanza en las escuelas convencionales. Mito 4. Los niños de alta capacidad están mejor ajustados, son más populares y felices que los alumnos medios. Es importante tener en cuenta que lo que es predicable para un grupo, puede no serlo para un individuo concreto de ese grupo.
Por otra parte, hay problemas que no son intrínsecos de la alta capacidad, aunque puedan tener una mayor incidencia en este grupo que en otros. Además, no simplifiquemos las cosas en exceso. En realidad no existe un “grupo de alta capacidad” como tal. Sería lo mismo que decir que hay un “grupo de personas altas”, incluyendo en él a todos los que miden más de unos determinados centímetros por encima de la media de un país. Parece claro que entre medir 1.80 m ó 2.15 m hay una ostensible diferencia. Mito 5. Los niños de alta capacidad son creados por unos padres “superapasionados”, que conducen a sus hijos a rendir continuamente de forma alta. Cuando los padres, muy ambiciosos, les empujan demasiado, esos niños terminan fracasando.
Los padres, aunque deben estar junto a los hijos estimulándolos, animándolos y empujándolos, no crean la alta capacidad. Es importante que los padres reconozcan las necesidades educativas y afectivas de sus hijos, y esto implica que deben ser conscientes de cuáles son sus puntos fuertes y cuáles sus puntos débiles, que seguro los tendrán. Mito 6. Los niños de alta capacidad serán adultos eminentes y creativos. O, las personas que no muestran eminencia en la infancia, nunca llegarán a destacar en algún talento concreto. No es fácil predecir el éxito futuro o señalar qué variables están claramente relacionadas con él; son muchas las circunstancias que pueden favorecer o dificultar el camino hacia la eminencia, concepto –por otra parte– bastante relativo.
Lo que es cierto, tal como muestran innumerables estudios longitudinales, es que la detección temprana y la provisión de ayudas educativas oportunas son la mejor garantía de éxito en el desarrollo personal. Que dicho desarrollo sea socialmente considerado (caso del campo artístico, por ejemplo), depende de factores generalmente ajenos a la acción educativa misma. Mito 7. Los niños de alta capacidad suelen pertenecer a clases sociales altas… Si bien una adecuada estimulación desde las primeras edades puede favorecer el desarrollo óptimo de los niños de alta capacidad, así como la consecución de todas sus potencialidades, la investigación muestra que en ambientes desfavorecidos también pueden encontrarse niños con talento, que necesitarán de programas adecuados una vez que hayan sido identificados. Vincular la alta capacidad con la clase social es intrínsecamente equivocado, retórico y poco riguroso.
Mito 8. Todos los niños tienen capacidad... No existe un grupo de alta capacidad que necesite un trato especial en la escuela. Todas las personas tienen sus puntos fuertes y sus puntos débiles, pero esto está lejos de hacer cierto el mito anterior. Es evidente que no todos los alumnos son de alta capacidad, ni tampoco todos los de alta capacidad lo son en el mismo grado. Mientras todos los niños tienen capacidades y limitaciones, algunos niños tienen capacidades extremas en una o más áreas. La capacidad extrema crea unas necesidades educativas especiales, al igual que lo hacen el retraso o las dificultades de aprendizaje. La escuela atiende adecuadamente, en el mejor de los casos, a los alumnos de condiciones medias, porque los programas en su contenido y desarrollo están previstos para ellos, pero en cuanto una persona comienza a apartarse de lo “normal”, el desajuste con la capacidad del programa convencional para responder a sus necesidades se hará cada vez más patente.
¿Cómo estimular en estas condiciones su afán por saber y profundizar en una materia determinada? Mito 9. Crear programas especiales para niños de alta capacidad, o trabajar de manera distinta con ellos es un error, puesto que estamos impidiendo que se desarrollen a un ritmo propio de su edad. Cada persona necesita desarrollarse al máximo de sus posibilidades, siempre teniendo en cuenta las características que lo definen como ser único.
No ofrecer esa oportunidad a las personas que sobresalen en un talento, sería lo mismo que negársela a aquellos que, por algún motivo, tienen dificultades o problemas de aprendizaje. Los principios de la psicología del desarrollo enseñan claramente lo equivocado de las normas ligadas a la edad. Si bien éstas marcan un estándar evolutivo general para los individuos, no constituyen una pauta determinística de cómo se desarrollarán todas las personas.
MITO 10. Lo único que se consigue con una educación diferenciada para alumnos de alta capacidad, es crear elitismo, aumentando y pronunciando de manera evidente las diferencias entre las personas. Toda educación que se precie de serlo debe tener como fin último la búsqueda de la excelencia, que persigue que cada persona pueda desarrollarse al máximo en todos los ámbitos de la vida. Ofrecer a los alumnos de alta capacidad la oportunidad de alcanzar el nivel al que pueden llegar, mediante la forma que a ellos más les conviene, no es crear elitismo, es dar a cada uno lo que le corresponde, porque tan injusto es el trato desigual de los iguales, como el trato igual de los desiguales, como ya dejó claro Aristóteles hace algún tiempo.
No conviene confundir elitismo con excelencia. Lo que ocurre es que en muchos ambientes la promoción de la excelencia no está de moda. Mito 11. La atención diferenciada a los alumnos de alta capacidad atenta contra el principio de igualdad de oportunidades, produciendo diferencias entre los alumnos en función de su capacidad. La primera parte es falsa, la segunda no. Mito 12. La atención a los alumnos de alta capacidad es razonable, pero debe posponerse hasta que otras necesidades mucho más importantes del sistema educativo estén cubiertas. ¿Quién y cómo se determina qué necesidades son mucho más importantes? ¿Es acaso una cuestión baladí el que muchas personas con capacidad para ser buenos o grandes músicos, investigadores, escritores, etc. corran el riesgo de perderse?
O aunque no se llegue a niveles de excelencia que conviertan a las personas en populares, ¿puede una escuela moderna ignorar las demandas individuales de desarrollo centrándose en un esquema educativo eminentemente grupal? Planteadas las cosas de modo tan extremo muchos pueden pensar que la escuela ya tiende a la atención individualizada en la medida de sus recursos. Mito 13. Todos tenemos talento. Sí, pero... Paula Olszewski-Kubilius, Rena Subotnik y Frank Worrell en My Friends' corner. Actualmente es profesor de la Graduate School of Education, University of California, Berkeley, y colabora con el Psychology Department (Social and Personality area), y con el Center for Child and Youth Policy, el Center for Race and Gender, and the Center for Latino Policy Research.Actualmente es Director of the School Psychology program, Faculty Director del Academic Talent Development Program, y Faculty Director del California College Preparatory Academy.
Es experto en educación de los más capaces y desarrollo del talento, educación de los jóvenes en situación de riesgo, identidad étnica, identidad racial, desarrollo y validación de escalas y eficacia docente entre otros. Ha formado parte de diversos comités entre los que destacan el Committee for Psychological Tests and Assessment (APA), el Board of Educational Affairs (APA) y el Joint Committee of AERA, APA, and NCME que llevó a cabo la revisión de los Standards for Educational and Psychological Testing.
Psychological Science in the Public Interest (PSPI) - Giftedness. El 'super-dotado' ¿nace o se hace? ¡No se preocupe, con el tiempo su hijo se normalizará! El desempeño de algunas actividades profesionales está ligada a la obtención de una licencia, como ocurre con los pilotos de aviación civil, al mantenimiento de la misma con certificaciones periódicas (físicas, psicológicas, técnicas) y el paso por el simulador correspondiente.
De los resultados de todas estas evaluaciones depende el mantenimiento de la licencia y, por tanto, la posibilidad de seguir pilotando. Si hiciésemos lo mismo con la profesión docente... algunos deberían tener cuestionada su licencia para estar en la escuela. 'Mi hijo tiene un CI de 145, pero no es 'superdotado'. 'Su hijo será 'superdotado', pero eso no quiere decir que tenga necesidades especiales'. Esta frase la recojo de un comentario que Alfonso dejaba a mi entrada del día pasado sobre la "normalización" con el paso del tiempo.
Más mitos sobre la alta capacidad, aunque parezca imposible. Myths about Gifted Students. “Gifted students will do fine on their own.” “Gifted programs are elitist.” Tres mitos sobre la alta capacidad. Describimos en esta entrada tres mitos sobre la alta capacidad enunciados y desarrollados por Steven Pfeiffer en su último libro “Serving the gifted” (Pfeiffer, 2013, pp. 5-9).
Pese a la publicación en 1982 de un número monográfico del Gifted Child Quarterly titulado “Desmitologizando la educación de los más capaces” (Vol. 26, nº 1), y al trabajo crítico en esta misma dirección durante los últimos 30 años (Borland, 2009), estos mitos siguen operativos en la sociedad y son compartidos por muchos miembros de la comunidad educativa. Todos ellos tienen un impacto negativo en la personalización del aprendizaje de los alumnos más capaces así como en el adecuado despliegue de programas psicoeducativos para el desarrollo del talento. El mito del 3-5%, ¡30 años después! En el post anterior veíamos lo que decía el profesor Renzulli -quien por cierto me agradeció la traducción de su artículo y que lo compartiera en en blog con vosotros-; ahora os ofrezco un artículo estupendo del profesor James H.
Borland que publicó la misma revista Gifted Child Quarterly en su volumen 54(4), en el otoño de 2009. Voy a dejar que el profesor Borland hable y en el próximo post haré un breve comentario de síntesis de lo que llevamos dicho al respecto en este blog. Yo me he leído, como podéis suponer, varias veces mi propia traducción y he disfrutado igual que con el artículo de Renzulli, pero al mismo tiempo me he indignado. El CI 130: una obsesión con poco fundamento. Esta puede ser una causa perdida, pero vamos a intentarlo de nuevo. El CI o COCIENTE intelectual (¡no coeficiente por favor!)